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La universidad del mañana

26 febrero 2019

¿Cómo serán las aulas del futuro? Realidad virtual, inteligencia artificial y educación customizada a las necesidades de los alumnos son sólo algunas de las tendencias tecnológicas que, paulatinamente, empiezan a dar forma al concepto de “universidades del futuro”.

Ya no basta con lecturas y un docente preparado para entregar conocimiento al alumnado.  Hoy los estudiantes llegan a clases con su extensión: el celular, con el que ya son capaces de explorar un océano de conocimientos y que desafía a los docentes a entregar herramientas que los preparen para un entorno laboral dinámico en el que la transformación digital será protagonista. Sobre todo si se considera que, de acuerdo a World Economic Forum, el próximo año habrá 1.5 millones de trabajos digitalizados en el mundo y que el 65% de los niños que están entrando a educación básica trabajará en áreas que aún no existen.

Hoy, la conectividad en el aula la concebimos como sine qua non y puede ser la punta de iceberg de la transformación digital en el mundo académico. Dar forma a la “universidad del futuro” es un camino que plantea una serie de desafíos destinados a digitalizar progresivamente la enseñanza y que van desde contar con infraestructura capaz de soportar millones de datos; softwares adecuados a las nuevas necesidades, hasta robustas redes wifi que respondan a necesidades de alumnos y profesores en los campus universitarios. Ello necesariamente implicará uso de Big Data, analytics e implementación de nuevos sistemas IoT.

En este escenario, el gran objetivo es aprovechar el potencial de la transformación digital en la educación, lo que necesariamente requiere que entidades de educación y empresas TI trabajen de la mano. Si bien hay softwares estándar, es un trabajo hecho a la medida y evaluado caso a caso.

Por ejemplo, un paso tan sencillo como pedir a los alumnos que ingresen su ID virtual para tener conectividad, podría traducirse en activar recordatorios de pruebas, lecturas y otras herramientas orientadas a mejorar el desempeño académico. Decisiones como ésta apuntan también a reducir la tasa de deserción que existe en el sector.

Al contrario de lo que se podría creer, las universidades del mañana no están tan lejos de este nuevo modelo de educación digital. Hay establecimientos que empiezan a ver a la realidad virtual y aumentada como un aliado en la simulación de contextos clínicos que “transportan” a los alumnos desde la sala de clases a verdaderos pabellones donde pueden realizar procedimientos como si se tratara de un paciente de carne y hueso.

Y si bien hoy sólo un 2% de los alumnos reconoce utilizar la realidad virtual en clases, según una encuesta de The International Society for Technology in Education (ISTE), se trata de tecnologías con un gran potencial, donde el 85% de los encuestados cree que tendrá un efecto positivo en su aprendizaje.

Transformaciones como ésta solo confirman que subirnos al carro de la transformación digital es indispensable para el desarrollo de las nuevas generaciones y también para que como país tengamos las herramientas necesarias para dar el salto y convertirnos en una nación desarrollada.

Por Francisco Guzmán Marín, director de Claro Empresas

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